viernes, 8 de febrero de 2013

El mueble de cocina en 2013



El 2013 puede convertirse en un año clave para la industria del mueble de cocina español. Tras años de lucha, quedan en pie las empresas más competentes, más sólidas y que más han sabido aprender de las adversidades. Ahora quizás haya llegado el momento de dar un paso más, lanzarse al vacío y comerse el mundo o morir en el intento.

Incluso en lo que se refiere a la exportación, tan difícil para las firmas españolas, y más aún en un entorno crítico como el actual, se están alcanzando cifras que, al menos, son positivas. En concreto, en la primera mitad del 2012, las ventas al exterior de mobiliario de cocina español alcanzaron los 64,41 millones de euros, cifra que representa un aumento del 33,6% respecto al volumen registrado entre enero y junio del ejercicio anterior.

El mueble de cocina quiere comerse el 2013
A la cabeza de los países importadores de mueble de cocina español se situó en este primer semestre del año Francia,  que importó mueble español por valor de 38,14 millones de euros, lo que representa un 59,5% del total exportado durante el mismo periodo. Otro vecino nuestro, Portugal, aparece como segundo país consumidor de mueble español de cocina con un volumen de compras de 6,50 millones de euros en el período referido, cifra que ha sufrido un incremento del 10,1% con respecto al mismo periodo del año 2011. Le siguen Marruecos y Reino Unido con un volumen de importación de mueble de cocina español por valor de 3,25 y 2,43 millones de euros respectivamente.

La situación es que el mercado aparente no ha dejado de caer desde el 2008, año en el que se registró la cifra de 1.272 millones de euros. Faltando aún los números para el 2012, podemos apuntar a la cifra de 752 millones del 2011, como última y preocupante cifra de mercado aparente de la que disponemos.

Y es que el sector del mobiliario en Europa, sobre todo en Italia y Alemania, está basado en un modelo industrial con grandes fábricas, una gran importancia de la imagen de marca y grandes asociaciones y centrales de compra. En cambio, en España, el sector se caracteriza por la existencia de muchas empresas de escasa dimensión. Quizás se trate de crear cadenas, franquicias y asociaciones, una marca común, que puedan ofrecer un mejor servicio, unos costes más asequibles y una rentabilidad más alta, sin perder el carácter cercano del modelo español.
(fuente: http://www.imcb.info)